La Punta del botellón
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La seguridad en la movida se desarrolla por
parte de la Policía Local con los grupos Bravo y Charlie han aumentado
las riñas y descienden las denuncias por beber fuera del botellódromo
Melchor Mateo
cádiz
| Actualizado 15.09.2013 - 01:00
El
entonces Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo, hizo el pasado año
un informe acerca de la entrada en vigor de la conocida ley antibotellón
en Andalucía tras los seis años desde que se aprobara a finales de
2006. Entonces José Chamizo dijo que, a tenor de los resultados, la ley
había sido "positiva" porque había permitido la erradicación del
botellón "espontáneo e incontrolado", sobre todo en los municipios que
habían optado por autorizar espacios donde estuviera permitido hacer un
botellón. Uno de los aspectos donde sí que se ha producido una mejora es
en el derecho al descanso de los vecinos, con la erradicación de las
grandes concentraciones en lugares como las plazas de San Francisco y
Mina.
Cádiz fue de las que optaron por un botellódromo, como se vino a llamar popularmente. Otras como Sevilla no establecieron un lugar y se están encontrando con botellones incontrolados que están generando tensiones con los vecinos.
En Cádiz, según los datos estadísticos que maneja el Ayuntamiento, entre los años 2011 y 2012 se ha producido una considerable disminución de denuncias por consumir bebidas alcohólicas fuera de la zona habilitada en el paseo superior de la Punta de San Felipe. En concreto se ha pasado de 749 a 390. Esto no quiere decir que los dispositivos hayan bajado de intensidad, porque por ejemplo ha aumentado el número de denuncias por orinar en la vía pública.
En las últimas semanas la zona del paseo superior de la Punta San Felipe ha vuelto a ser protagonista debido a varias peleas que se han producido, donde incluso llegó a haber detenciones. En las estadísticas de la Policía Local aparece un aumento en el número de intervenciones por peleas o maltrato al mobiliario. De un año a otro se pasó de ocho a 19.
De todos modos, a pesar de estas peleas que sí han trascendido por su importancia a los medios de comunicación, no se ha detectado un incremento significativo de la violencia en esta zona acotada. Uno de los aspectos que sí ha detectado la Policía Local es que se ha producido un aumento del número de jóvenes procedentes de fuera de la capital gaditana, así como que en la mayoría de las actuaciones referidas a reyertas se encuentran implicadas casi siempre jóvenes de localidades del entorno.
El número de jóvenes que acude a la Punta, tanto al recinto para el botellón como a la zona de ocio, fluctúa en función del día y de la época del año. Así, en verano hay menos gente que en invierno. Según las estadísticas municipales, el día estrella es el sábado y aun así hay jueves en los que se puede llegar a las 500 personas y otros días en los que se llega al pico de 1.500, sobre todo cuando hay alguna fiesta Erasmus.
El dispositivo que se pone en marcha cada noche en la Punta se hace en la Policía Local a través de los Grupos de Servicios Especiales, que fueron creados para dar respuesta a servicios que por sus características especiales requieren de un tratamiento específico.
Este Grupo está compuesto en la actualidad por un subinspector, tres oficiales y 22 agentes encuadrados en dos grupos, el Charlie, que ejerce sus funciones de uniforme; y el Bravo, con agentes de paisano. Ambos grupos de manera coordinada se ocupan del control de los establecimientos, horarios de cierre de los mismos, venta de bebidas alcohólicas fuera de su horario o a menores, protección y seguridad de las personas que se encuentran en la movida y el consumo de estupefacientes entre otros.
El ayuntamiento destina a través de la Policía Local a la zona de la movida como mínimo una dotación de 12 policías para una prestación óptima del servicio dependiendo de las circunstancias. A ellos, tal y como se acordó en la Junta Local de Seguridad, también se unen funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía.
Para la prestación del servicio se evalúa la necesidad de efectivos policiales en función de las expectativas de concentración de jóvenes en la zona, información que se recibe desde diferentes ámbitos y teniendo en cuenta si se van a celebrar eventos particulares.
Una vez que se tiene esa información se evalúa para predeterminar la afluencia de público, la edad de los asistentes, etcétera. Por todo ello se diseña un servicio en el que se valora los efectos a movilizar, la disposición del mismo, las funciones del personal de uniforme y de paisano e incluso la coordinación con la Policía Nacional y la Autonómica para el caso de menores.
Según la Policía Local, para mantener unas condiciones de seguridad adecuadas es preciso realizar un trabajo que pasa por un antes, durante y después de la celebración de la jornada de la movida.
La previa puede empezar desde semanas antes para la recopilación de información, coordinación con otros cuerpos y diseño del dispositivo. En la propia jornada, en los momentos previos a la movida puede iniciarse con dispositivos de carácter preventivo y disuasorio , como la inspección de los locales públicos y el establecimiento de controles de vehículos en las vías de la ciudad de acceso a la zona de ocio. También para los peatones puede haber controles que "con la debida discreción" permiten localizar e identificar a vehículos peligrosos, sustancias estupefacientes, menores bebiendo alcohol y cualquier tema que pueda afectar a la seguridad
Ya en la movida hay dispositivos móviles de patrulla tanto a pie como en vehículos para dar respuesta y cobertura a las zonas más alejadas. El segundo de los dispositivos establecidos es estático y permanece fijo en un lugar bien visible tanto para poder seguir la zona de ocio como también para que les vean los asistentes si se produce cualquier urgencia. Gracias a ello se consiguen reducir los tiempos de respuesta. La presencia policial se complementa con la labor de los efectivos de paisano del Grupo Bravo
En este sentido desde el propio ayuntamiento se destaca que esta zona es una de las más seguras de la ciudad y los incidentes que se producen "son controlados con la máxima celeridad". Así, se asegura que el ambiente es más tranquilo que al inicio de la zona de ocio habilitada. Con ello se realizan vigilancias previas al inicio del dispositivo en las diferentes plazas, parques, y jardines destinados sobre todo a que no se creen zonas de botellón fuera de la habilitada.
Cádiz fue de las que optaron por un botellódromo, como se vino a llamar popularmente. Otras como Sevilla no establecieron un lugar y se están encontrando con botellones incontrolados que están generando tensiones con los vecinos.
En Cádiz, según los datos estadísticos que maneja el Ayuntamiento, entre los años 2011 y 2012 se ha producido una considerable disminución de denuncias por consumir bebidas alcohólicas fuera de la zona habilitada en el paseo superior de la Punta de San Felipe. En concreto se ha pasado de 749 a 390. Esto no quiere decir que los dispositivos hayan bajado de intensidad, porque por ejemplo ha aumentado el número de denuncias por orinar en la vía pública.
En las últimas semanas la zona del paseo superior de la Punta San Felipe ha vuelto a ser protagonista debido a varias peleas que se han producido, donde incluso llegó a haber detenciones. En las estadísticas de la Policía Local aparece un aumento en el número de intervenciones por peleas o maltrato al mobiliario. De un año a otro se pasó de ocho a 19.
De todos modos, a pesar de estas peleas que sí han trascendido por su importancia a los medios de comunicación, no se ha detectado un incremento significativo de la violencia en esta zona acotada. Uno de los aspectos que sí ha detectado la Policía Local es que se ha producido un aumento del número de jóvenes procedentes de fuera de la capital gaditana, así como que en la mayoría de las actuaciones referidas a reyertas se encuentran implicadas casi siempre jóvenes de localidades del entorno.
El número de jóvenes que acude a la Punta, tanto al recinto para el botellón como a la zona de ocio, fluctúa en función del día y de la época del año. Así, en verano hay menos gente que en invierno. Según las estadísticas municipales, el día estrella es el sábado y aun así hay jueves en los que se puede llegar a las 500 personas y otros días en los que se llega al pico de 1.500, sobre todo cuando hay alguna fiesta Erasmus.
El dispositivo que se pone en marcha cada noche en la Punta se hace en la Policía Local a través de los Grupos de Servicios Especiales, que fueron creados para dar respuesta a servicios que por sus características especiales requieren de un tratamiento específico.
Este Grupo está compuesto en la actualidad por un subinspector, tres oficiales y 22 agentes encuadrados en dos grupos, el Charlie, que ejerce sus funciones de uniforme; y el Bravo, con agentes de paisano. Ambos grupos de manera coordinada se ocupan del control de los establecimientos, horarios de cierre de los mismos, venta de bebidas alcohólicas fuera de su horario o a menores, protección y seguridad de las personas que se encuentran en la movida y el consumo de estupefacientes entre otros.
El ayuntamiento destina a través de la Policía Local a la zona de la movida como mínimo una dotación de 12 policías para una prestación óptima del servicio dependiendo de las circunstancias. A ellos, tal y como se acordó en la Junta Local de Seguridad, también se unen funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía.
Para la prestación del servicio se evalúa la necesidad de efectivos policiales en función de las expectativas de concentración de jóvenes en la zona, información que se recibe desde diferentes ámbitos y teniendo en cuenta si se van a celebrar eventos particulares.
Una vez que se tiene esa información se evalúa para predeterminar la afluencia de público, la edad de los asistentes, etcétera. Por todo ello se diseña un servicio en el que se valora los efectos a movilizar, la disposición del mismo, las funciones del personal de uniforme y de paisano e incluso la coordinación con la Policía Nacional y la Autonómica para el caso de menores.
Según la Policía Local, para mantener unas condiciones de seguridad adecuadas es preciso realizar un trabajo que pasa por un antes, durante y después de la celebración de la jornada de la movida.
La previa puede empezar desde semanas antes para la recopilación de información, coordinación con otros cuerpos y diseño del dispositivo. En la propia jornada, en los momentos previos a la movida puede iniciarse con dispositivos de carácter preventivo y disuasorio , como la inspección de los locales públicos y el establecimiento de controles de vehículos en las vías de la ciudad de acceso a la zona de ocio. También para los peatones puede haber controles que "con la debida discreción" permiten localizar e identificar a vehículos peligrosos, sustancias estupefacientes, menores bebiendo alcohol y cualquier tema que pueda afectar a la seguridad
Ya en la movida hay dispositivos móviles de patrulla tanto a pie como en vehículos para dar respuesta y cobertura a las zonas más alejadas. El segundo de los dispositivos establecidos es estático y permanece fijo en un lugar bien visible tanto para poder seguir la zona de ocio como también para que les vean los asistentes si se produce cualquier urgencia. Gracias a ello se consiguen reducir los tiempos de respuesta. La presencia policial se complementa con la labor de los efectivos de paisano del Grupo Bravo
En este sentido desde el propio ayuntamiento se destaca que esta zona es una de las más seguras de la ciudad y los incidentes que se producen "son controlados con la máxima celeridad". Así, se asegura que el ambiente es más tranquilo que al inicio de la zona de ocio habilitada. Con ello se realizan vigilancias previas al inicio del dispositivo en las diferentes plazas, parques, y jardines destinados sobre todo a que no se creen zonas de botellón fuera de la habilitada.