jueves, 3 de abril de 2008
CONDENADOS POR ATENTADO A LA AUTORIDAD.
El Juzgado de Instrucción número 8 de Granada, en funciones de guardia, ha condenado a cuatro meses de prisión al español C.O.P., al mejicano G.G.R. y al belga H.D. por un delito de resistencia a la autoridad.
Estos tres hombres protagonizaron el pasado domingo un incidente con policías locales en el Paseo de los Tristes, en el transcurso del cual, y según han reconocido ahora en el juicio, arrojaron dos botellas de cerveza contra los agentes, que por fortuna no impactaron contra ellos.
El juicio rápido, resuelto por la fórmula de la conformidad -por lo general, esto consiste en que los acusados aceptan su culpa a cambio de una rebaja de la pena- tuvo lugar el martes y ayer mismo se hizo pública la sentencia.
En ella se detalla que G.G.R. se negó a entregar a un policía local unos bongos que estaba tocando y que, cuando procedían a arrebatárselos, arañó y empujó a uno de los agentes. Además, alentó a otras personas que le acompañaban a que impidieran su detención.
En cuanto a H.D. y C.O.P., admitieron que en un momento de la trifulca arrojaron dos botellas de litro de cerveza contra los policías, sin que llegaran a alcanzarles.
El fallo, por lo demás, añade que aunque en el incidente resultaron dañados varios coches policiales, no ha quedado acreditado que fuera por culpa de los acusados, a los que se absuelve del delito de agresión pero se condena por el de resistencia a la autoridad. Como carecen de antecedentes penales y la pena a la que han sido condenados es inferior a los dos años, no tendrán que ingresar en prisión.
La condena ahora decretada por el juzgado zanja la polémica suscitada en torno a lo que ocurrió la tarde del domingo en el Paseo de los Tristes. Los propios acusados han reconocido los hechos por los que fueron detenidos y dejan sin mucho valor los testimonios de algunas personas que presenciaron los hechos, que el lunes aseguraron que efectivamente se produjo un incidente con los policías, pero que fueron éstos los que lo iniciaron y ellos se limitaron a responder a una provocación.
La Policía Local sostuvo desde el principio una tesis bien diferente: afirmó que sus agentes fueron increpados cuando pretendían que G.G.R. les diera los bongos con los que a su entender estaba molestando y que, ante el cariz que estaban tomando los acontecimientos, decidieron pedir refuerzos. Llegaron otros tres vehículos policiales y se reprodujeron los incidentes, de forma aún más agresiva. Entonces fue cuando a los policías les tiraron las dos botellas de cerveza y cuando se produjeron las tres detenciones.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario