Un joven fue detenido ayer en plena calle después de que intentara robar dos sellos de oro de la joyería Marjoya, situada en la calle Prim. El hurto fue frustrado porque el dependiente salió detrás de la persona cuando huía, por la colaboración de los ciudadanos y por la asistencia de agentes de la Policía Local.
El individuo, que fue conducido a las dependencias de la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Algeciras, entró en la tienda y preguntó por dos anillos por los que mostró interés. El dependiente se los enseñó para que se los probara. Fue el momento en el que el caco salió corriendo calle abajo. El trabajador no se lo pensó dos veces y fue tras él.
La persecución acabó cuando el delincuente tropezó con una mujer mayor que transitaba y se la llevó por delante. Minutos más tarde la atropellada tuvo que ser trasladada para ser atendida de las lesiones que presentaba.
Los agentes de la Policía Local, que ya habían sido avisados, se desplegaron por la zona y lograron la final detención. Fue conducido a la Comisaría local y será puesto a disposición de la autoridad judicial.
El joyero interpuso tras los hechos una denuncia para que constara lo sucedido. Por la mañana su establecimiento permaneció cerrado la mayor parte del tiempo y ya por la tarde recuperó la actividad comercial. Logró recobrar los dos sellos que se llevó el joven, uno de los cuales estaba valorado en 900 euros y el otro podía rondar los 600.
Dijo que era la primera vez que sufría un robo de estas características y también confía en que sea el último. Explicó que sin la colaboración ciudadana y la de los funcionarios policiales posiblemente no hubiera interceptado al joven.
viernes, 13 de junio de 2008
Condenan a 4 hermanos por un altercado en la calle
La sección algecireña de la Audiencia Provincial ha condenado a cuatro hermanos por un altercado que tuvo lugar en julio de 2002 en la calle Virgen de Lourdes, en la barriada de Mirasierra. Allí se produjo un enfrentamiento entre la Policía Local de La Línea y miembros de una familia que acabó con cinco personas detenidas y diez heridas.
La mujer (Y. R. L.) ha sido la peor parada debido a que se la considera responsable de un delito contra la salud pública. Ha sido penada con 3 años de prisión por vender droga y a 6 meses más por un delito de resistencia. Sus hermanos R. C. R. L. y F. J. R. L. se han quedado con 6 meses de condena por el enfrentamiento que mantuvieron con los agentes, mientras que la pena de A. R. L. asciende al año debido a que tenía antecedentes penales.
Los policías declararon en la vista que la disputa arrancó cuando dos agentes pararon a los ocupantes de una motocicleta que invadió una zona peatonal para requerirles la documentación. Uno de ellos aseguró que en ese momento vio cómo una mujer vendía papelinas de droga a un hombre que le pretendía pagar con un reloj dorado. El funcionario explicó que dejó la denuncia de tráfico para proceder a la detención de la ahora condenada, que se "resistió activamente".
Añadió que cuando iba a introducirla en el coche la mujer arrojó al suelo un monedero en cuyo interior había 16 papelinas. Contó que antes la detenida gritó hacia una vivienda de familiares para dar la voz de alarma. Relató que en ese momento salieron varias personas y el agente tuvo que llamar a refuerzos. Luego llegaron las agresiones que acabaron con cinco policías heridos.
Y. R. L. negó que vendiera droga y precisó que el monedero lo recogió del suelo cuando se le cayó a su hermano A. R. L., que dijo que fue golpeado y sufre adicción. Los tres coincidieron en que todo arrancó cuando escucharon que uno de sus familiares gritó desde la calle que la Policía Local se quería llevar su motocicleta. Apuntaron que uno de los hermanos bajó y ofreció la documentación del vehículo a los agentes, pero que ellos se empecinaron en transportarla. Según ellos, ambas partes discutieron y uno de los funcionarios solicitó refuerzos y aparecieron quince agentes más.
La mujer (Y. R. L.) ha sido la peor parada debido a que se la considera responsable de un delito contra la salud pública. Ha sido penada con 3 años de prisión por vender droga y a 6 meses más por un delito de resistencia. Sus hermanos R. C. R. L. y F. J. R. L. se han quedado con 6 meses de condena por el enfrentamiento que mantuvieron con los agentes, mientras que la pena de A. R. L. asciende al año debido a que tenía antecedentes penales.
Los policías declararon en la vista que la disputa arrancó cuando dos agentes pararon a los ocupantes de una motocicleta que invadió una zona peatonal para requerirles la documentación. Uno de ellos aseguró que en ese momento vio cómo una mujer vendía papelinas de droga a un hombre que le pretendía pagar con un reloj dorado. El funcionario explicó que dejó la denuncia de tráfico para proceder a la detención de la ahora condenada, que se "resistió activamente".
Añadió que cuando iba a introducirla en el coche la mujer arrojó al suelo un monedero en cuyo interior había 16 papelinas. Contó que antes la detenida gritó hacia una vivienda de familiares para dar la voz de alarma. Relató que en ese momento salieron varias personas y el agente tuvo que llamar a refuerzos. Luego llegaron las agresiones que acabaron con cinco policías heridos.
Y. R. L. negó que vendiera droga y precisó que el monedero lo recogió del suelo cuando se le cayó a su hermano A. R. L., que dijo que fue golpeado y sufre adicción. Los tres coincidieron en que todo arrancó cuando escucharon que uno de sus familiares gritó desde la calle que la Policía Local se quería llevar su motocicleta. Apuntaron que uno de los hermanos bajó y ofreció la documentación del vehículo a los agentes, pero que ellos se empecinaron en transportarla. Según ellos, ambas partes discutieron y uno de los funcionarios solicitó refuerzos y aparecieron quince agentes más.
viernes, 6 de junio de 2008
UN POLICÍA EMPRENDE EN SOLITARIO UNA PERSECUCIÓN DE 45 KM. DIARIO SUR
Un policía emprende en solitario una persecución de 45 kms
MÁLAGA
Un policía emprende en solitario una persecución de 45 kilómetros para atrapar a tres ladrones
Un agente de Villanueva de la Concepción los siguió a gran velocidad por la autovía hasta la capital, donde los arrestaron
El teléfono sonó con insistencia. Un ciudadano alertaba de un posible robo en una obra. El agente número 2 (es el segundo de dos) de la Policía Local de Villanueva de la Concepción salió raudo en el coche patrulla hacia la dirección indicada. No sabía que estaba a punto de embarcarse en una arriesgada persecución que se prolongó durante casi una hora, en la que recorrió unos 45 kilómetros detrás de unos supuestos ladrones.
Eran las 22.50 horas del martes. Al llegar a la obra en cuestión, situada en la calle Carril del Agua, el policía municipal, que prefiere conservar el anonimato, se encontró con un vehículo sospechoso, una furgoneta Ford Transit de color blanco. «Podían estar sustrayendo material de la obra, así que me acerque para identificarlos», relata el funcionario, que no lleva pistola.
Cuando se bajó del coche patrulla para pedirles la documentación, los ocupantes del otro vehículo hicieron una maniobra extraña. Uno de ellos se bajó y salió corriendo calle abajo, mientras que el conductor hizo ademán de apearse de la furgoneta, pero volvió a subirse, metió marcha atrás y aceleró. A cincuenta metros, recogió al otro individuo e inició la huida.
El agente, de 33 años, decidió emprender la persecución en solitario. «Aquí estamos acostumbrados a trabajar solos», bromea el funcionario. No en vano, la plantilla de la entidad local autónoma de Villanueva de la Concepción está compuesta por dos agentes que se reparten todos los turnos de la semana.
Puso las sirenas del patrulla -un Nissan Terrano II- y los siguió por el pueblo mientras avisaba a la Guardia Civil. Los fugitivos tomaron la carretera comarcal A-7075, que une Villanueva y Casabermeja. «Apagué las luces prioritarias para evitar que precipitaran su huida». El funcionario cuenta que se colocó entre ellos un coche de un particular. Cuando éste intentó adelantar a la furgoneta de los sospechosos, el conductor dio un volantazo y, según el agente, «estuvo a punto de sacarlo de la carretera.
El policía municipal iba dando constantemente su posición a las patrullas de la Benemérita, que ya venían en camino. Los fugitivos tomaron la carretera de Arco, en dirección a Vélez-Málaga, pero un par de kilómetros después cambiaron de idea y regresaron a Casabermeja. «Allí tomaron una rotonda en sentido contrario y se metieron en la autovía», prosigue.
La persecución por autovía adquirió otro cariz. El conductor de la furgoneta iba rebasando vehículos por ambos lados a gran velocidad. El agente, que no la perdió de vista en ningún momento, asegura que podía ir a 160 o 170 kilómetros por hora. «La furgoneta iba echando humo negro todo el tiempo», dice.
A la salida del segundo túnel llegaron los refuerzos. Un coche de Policía Nacional, primero, y segundos después la Guardia Civil. Estaban acorralados. «A la altura del Jardín Botánico, dos de los ocupantes se tiraron del coche en marcha y se escondieron en la maleza», explica el funcionario. «Yo intenté adelantar a la furgoneta, pero el conductor dio otro volantazo y casi me saca de la calzada. Él también se apeó y se ocultó entre los matorrales».
Búsqueda
Una decena de patrullas de los distintos Cuerpos de Seguridad se congregaron en el lugar. Los agentes buscaron a pie a los tres sospechosos. El primero fue detenido rápidamente, mientras que los otros dos fueron localizados más tarde. «Yo también participé en la búsqueda. Los compañeros me preguntaban que cómo se me ocurrió semejante locura, por perseguirlos yo solo. Lo cierto es que a mí me pilló en caliente, y uno lo que va es a hacer su trabajo... », confiesa humildemente.
Fuentes policiales explicaron que algunos de los arrestados ofrecieron resistencia a su detención. De un supuesto hurto inicial, los agentes terminaron leyéndoles los derechos por los presuntos delitos de desobediencia, conducción temeraria, resistencia y atentado. No en vano, tres agentes resultaron heridos leves durante los arrestos. Y el policía número 2, intacto. Ayer por la tarde ya estaba otra vez de servicio.
MÁLAGA
Un policía emprende en solitario una persecución de 45 kilómetros para atrapar a tres ladrones
Un agente de Villanueva de la Concepción los siguió a gran velocidad por la autovía hasta la capital, donde los arrestaron
El teléfono sonó con insistencia. Un ciudadano alertaba de un posible robo en una obra. El agente número 2 (es el segundo de dos) de la Policía Local de Villanueva de la Concepción salió raudo en el coche patrulla hacia la dirección indicada. No sabía que estaba a punto de embarcarse en una arriesgada persecución que se prolongó durante casi una hora, en la que recorrió unos 45 kilómetros detrás de unos supuestos ladrones.
Eran las 22.50 horas del martes. Al llegar a la obra en cuestión, situada en la calle Carril del Agua, el policía municipal, que prefiere conservar el anonimato, se encontró con un vehículo sospechoso, una furgoneta Ford Transit de color blanco. «Podían estar sustrayendo material de la obra, así que me acerque para identificarlos», relata el funcionario, que no lleva pistola.
Cuando se bajó del coche patrulla para pedirles la documentación, los ocupantes del otro vehículo hicieron una maniobra extraña. Uno de ellos se bajó y salió corriendo calle abajo, mientras que el conductor hizo ademán de apearse de la furgoneta, pero volvió a subirse, metió marcha atrás y aceleró. A cincuenta metros, recogió al otro individuo e inició la huida.
El agente, de 33 años, decidió emprender la persecución en solitario. «Aquí estamos acostumbrados a trabajar solos», bromea el funcionario. No en vano, la plantilla de la entidad local autónoma de Villanueva de la Concepción está compuesta por dos agentes que se reparten todos los turnos de la semana.
Puso las sirenas del patrulla -un Nissan Terrano II- y los siguió por el pueblo mientras avisaba a la Guardia Civil. Los fugitivos tomaron la carretera comarcal A-7075, que une Villanueva y Casabermeja. «Apagué las luces prioritarias para evitar que precipitaran su huida». El funcionario cuenta que se colocó entre ellos un coche de un particular. Cuando éste intentó adelantar a la furgoneta de los sospechosos, el conductor dio un volantazo y, según el agente, «estuvo a punto de sacarlo de la carretera.
El policía municipal iba dando constantemente su posición a las patrullas de la Benemérita, que ya venían en camino. Los fugitivos tomaron la carretera de Arco, en dirección a Vélez-Málaga, pero un par de kilómetros después cambiaron de idea y regresaron a Casabermeja. «Allí tomaron una rotonda en sentido contrario y se metieron en la autovía», prosigue.
La persecución por autovía adquirió otro cariz. El conductor de la furgoneta iba rebasando vehículos por ambos lados a gran velocidad. El agente, que no la perdió de vista en ningún momento, asegura que podía ir a 160 o 170 kilómetros por hora. «La furgoneta iba echando humo negro todo el tiempo», dice.
A la salida del segundo túnel llegaron los refuerzos. Un coche de Policía Nacional, primero, y segundos después la Guardia Civil. Estaban acorralados. «A la altura del Jardín Botánico, dos de los ocupantes se tiraron del coche en marcha y se escondieron en la maleza», explica el funcionario. «Yo intenté adelantar a la furgoneta, pero el conductor dio otro volantazo y casi me saca de la calzada. Él también se apeó y se ocultó entre los matorrales».
Búsqueda
Una decena de patrullas de los distintos Cuerpos de Seguridad se congregaron en el lugar. Los agentes buscaron a pie a los tres sospechosos. El primero fue detenido rápidamente, mientras que los otros dos fueron localizados más tarde. «Yo también participé en la búsqueda. Los compañeros me preguntaban que cómo se me ocurrió semejante locura, por perseguirlos yo solo. Lo cierto es que a mí me pilló en caliente, y uno lo que va es a hacer su trabajo... », confiesa humildemente.
Fuentes policiales explicaron que algunos de los arrestados ofrecieron resistencia a su detención. De un supuesto hurto inicial, los agentes terminaron leyéndoles los derechos por los presuntos delitos de desobediencia, conducción temeraria, resistencia y atentado. No en vano, tres agentes resultaron heridos leves durante los arrestos. Y el policía número 2, intacto. Ayer por la tarde ya estaba otra vez de servicio.
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