jueves, 18 de septiembre de 2008

MUERE UN COMPAÑERO DE LA POLICÍA LOCAL DE ALMERÍA,EN ACTO DE SERVICIO. EL TRAGICO ACONTECIMIENTO SUCEDIO CUANDO UN CONDUCTOR CONDUCIA DE FORMA TEMERARIA Y SE SALTABA UN CONTROL PREVENTIVO.



La ciudad de Almería despidió ayer con honores a Francisco Javier Balbín París, el joven policía, de tan sólo 21 años, fallecido el martes en acto de servicio mientras perseguía en moto a un conductor que se había saltado un dispositivo de control.

La tremenda fatalidad conmocionó ayer a los almerienses que, durante toda la mañana, se acercaron hasta el Palacio de los Marqueses de Cabra para dar su último adiós al agente que perdía la vida en cumplimiento de su deber, como así se lo hacía llegar a sus padres el propio obispo de Almería, Adolfo González Montes, que intentaba, en medio del dolor, dar fortaleza a sus seres queridos.

Una conducta ejemplar que el Ayuntamiento también reconocía concediéndole a título póstumo, y a propuesta de la propia Jefatura de la Policía Local, el Escudo de Oro de la Ciudad de Almería y la Medalla al Sacrificio, también en su modalidad de oro.

La noticia de la muerte del policía local, hijo del subinspector de Policía y jefe de Seguridad del área de Alcaldía, Francisco Balbín, conmovió a multitud de amigos, familiares y ciudadanos en general que mostraron su pesar por la tragedia. En este sentido, se pronunciaba a mediodía el alcalde de Almería, Luis Rogelio Rodríguez-Comendador, que enormemente afectado, hacía público, en nombre de la Corporación municipal, «el profundo dolor que pesa sobre todos nosotros por la reciente muerte, en acto de servicio» de quien era «el policía local más joven de la plantilla». No en vano, Francisco Javier Balbín formaba parte de la última promoción y apenas llevaba unos meses ejerciendo su función de velar por la seguridad de los almerienses. El alcalde decretó, asimismo, dos días de luto oficial -durante los cuales, las banderas exteriores de la ciudad ondearán a media asta y las interiores lucirán un crespón negro- y suspendió, hasta mañana viernes, todos los actos oficiales organizados por las distintas áreas, delegaciones y servicios municipales.

Las muestras de dolor se extendieron a toda la ciudad cuando el cortejo fúnebre inició, en torno a las cuatro de la tarde, el itinerario hasta la Jefatura de Policía Local, en Santos Zárate, donde sus compañeros, en formación y visiblemente afectados, quisieron, junto a la Corporación municipal, rendirle honores. Al acto no faltaron tampoco representantes de las policías locales de la provincia y de la vecina Granada, además de Guardia Civil, Bomberos, Protección Civil, Policía Local y La Legión, así como numerosas autoridades provinciales.

'La muerte no es el final' sonó al término del homenaje que llevó al joven Francisco Javier hasta la iglesia de San Sebastián para, a continuación, recibir sepultura en el cementerio de Íllar.