viernes, 16 de enero de 2009

HEROES DE CARNE Y HUESO.



José Carlos Mejías y Cándido Rivera entraron ayer a tomar un café por la tarde a un establecimiento y el camarero se les acercó y les dijo: "Estáis saliendo por la televisión". Se giraron y efectivamente allí estaban, dando explicaciones de cómo asistieron a un bebé el pasado viernes y le salvaron la vida. Se ven raros por la pequeña pantalla. Son los dos agentes de la Policía Local que le dieron una segunda oportunidad a ese menor de doce días de vida que se ahogaba. Sin quererlo ni pedirlo se han convertido en héroes por un día.

La historia se la saben de memoria. Ayer la contaron unas pocas de veces a prensa, radio y televisión. Estaban de servicio rutinario pasadas las 21:00 horas por la avenida Gesto por la Paz. De pronto una persona los vio y se puso en mitad de la calzada. Les explicó que en el interior de un establecimiento de comida había un bebé que no respiraba. Cuando paró el vehículo, el vecino estaba llamando por el móvil a la ambulancia. Resultaba que el padre del menor no tenía saldo en su móvil para pedir ayuda.

Cuando los agentes entraron al local se encontraron con la madre desesperada y llorando junto a su hija de cuatro años. Los agentes inspeccionaron al menor y vieron que estaba rígido, amoratado y que no respiraba. Lo primero que pensaron era que ya no vivía, aunque advirtieron que aún tenía pulso. Comenzaron a realizarle masajes cardiacos en el pecho y en la espalda. Lo alternaron con la retirada de una acumulación de mucosidad. Al cabo de un minuto rompió a llorar. "Parecieron veinte horas. El llanto se nos va a quedar grabado toda la vida", señala Mejías.

Sabían por su formación en primeros auxilios y socorrismo que aquel lloro era buena señal. "Fueron momentos de mucha tensión", recuerda Rivera. A los pocos minutos llegó la ambulancia y los servicios sanitarios terminaron la asistencia y lo trasladaron al hospital Punta Europa. Para ese tiempo la madre ya estaba más tranquila porque había tenido oportunidad de recibir a su bebé y de acunarlo.

Unas dos horas después del incidente, ambos se interesaron de manera particular por el estado del menor. El padre les comentó que ya se encontraba bien y que estaban a la espera de los resultados de una radiografía. El pasado martes volvieron al establecimiento de comida para de nuevo preguntar. El padre les informó que fue un atragantamiento por mucosidad. También influyó que cinco minutos antes había ingerido un biberón.

Cándido Rivera lleva en la Policía Local de la ciudad desde el año 2000 y José Carlos Mejías desde 2003, aunque antes estuvo en la de San Roque. Ambos forman parte de la Policía de Barrio. Reconocen que no están acostumbrados a este jaleo mediático que se ha montado. La concejal de Protección Ciudadana, Cristina Garrido, ha anunciado que se va a proponer felicitar a los dos agentes de la patrulla por este servicio. Ellos recurren al refrán "De bien nacidos es ser agradecidos" para decir gracias.

ENORABUENA COMPAÑEROS.